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Un toque de color al parkinson

14/07/2021

21 de junio. Ese fue el día exacto que a Manuel Gerpe, usuario de nuestra asociación, le dijo el neurólogo el diagnóstico. “Tienes parkinson”, le dijo, pero en el fondo él ya lo sabía. Le encanta leer e informarse y algo sospechaba, pero aún así -y según le cuenta su mujer siempre- se “quedó blanco”. Y no es para menos. “No es una enfermedad mortal y existen muchos avances”, fue lo primero que Gerpe escuchó del especialista. Un contrapunto de positividad en aquel comienzo de verano que cambiaría su vida.

 

Sin embargo, el parkinson no le impidió trabajar hasta los 60 años, ocho años después de que se confirmaran sus sospechas. Comenta que al principio, en la empresa lo ocultaba. Es un proceso que cuesta asimilar, entonces cuando le daban los temblores, se iba a su oficina hasta que cesaban. Sin embargo, los brotes cada vez son más largos y lo contó. Sus miedos desaparecían al tiempo que narraba lo que estaba sucediendo y en todo momento, se sintió muy arropado por su familia, amigos y compañeros.

 

Llevaba años trabajando en la empresa y nunca había cogido una baja. Manuel se ríe mientras cuenta esta anécdota y a los 60, debido a un ataque de ciática, decidió empezar el proceso para solicitar la invalidez y se jubiló.

 

Un retiro que le ha servido, debido al insomnio que provoca la enfermedad, a redescubrir otros talentos que tenía ocultos. Él es quién nos llena de color cada rincón de la asociación con sus flores hechas de papel, ninguna se le escapa. “Grazas a Youtube aprendín a facer tódalas manualidades”, confiesa entre risas. Es una delicia ver con el cuidado que corta el papel, “teño de tódalas cores”, y la manera en que hace cada pliegue del papel. Parece poesía visual como encaja todas las piezas para darle vida a cada una de sus creaciones.

 

El origami cambió su vida, al igual que la asociación de Parkinson Galicia-Coruña, confiesa. Comenzó en la asociación hace tres años, sin saber qué se iba a encontrar, pero con las ganas de aprender “aquí sempre teñen un sorriso para nós, ainda que por dentro non teñan un bo día”. La vida sigue y Manuel lo tiene claro: “o principal é saber que diso non se morre. Hai que levalo con forza de vontade, sair á rúa e seguir cunha vida normal”.

 

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